En cuanto Kamal Hassan la tuvo entre sus brazos, Alí Matlock le entregó su corazón. Aunque el jeque era el soltero más codiciado del mundo, Ali quería algo más que la apasionada aventura que le ofrecía. Kamal tenía la obligación de
casarse y dar un heredero a su país. Y desde aquel mágico beso, supo que Al¡ era todo lo que deseaba en una mujer... y en una esposa. Y si no tenía cuidado, acabaría pronunciando las dos palabras que ella tanto deseaba escuchar: «cásate conmigo».
Cuidado con los jeques atractivos... y los jardines iluminados a la luz de la luna.